jueves, 22 de agosto de 2024

Concepto de Hegemonía en el contexto del ascenso presidencial de Javier Milei

 

 

UNTREF

 

Licenciatura en Sociología

La Teoría Social de Antonio Gramsci

 

 

Concepto de Hegemonía en el contexto del ascenso presidencial de Javier Milei

 

 

 

 

Alumno: Reyes Iván

Profesor: Mg. Marcelo Summo

 

 

 

Introducción 

“El anarco capitalista que ganó las elecciones presidenciales en la Argentina y quiere destruir el Estado”. Teniendo en cuenta que Argentina es un país con basta historias de luchas populares, un país de partidos políticos, dictaduras militares, divisiones ideológicas, políticas de bienestar social, ajustes ficales, etc., ha sido un campo de batalla por la hegemonía social, política, cultural, y la toma del poder. La finalidad de este ensayo es aplicación de la teoría gramsciana de la hegemonía   como una herramienta esencial para comprender las transformaciones políticas, sociales y culturales y tecnológicas actuales en Argentina, especialmente en el contexto del ascenso de Javier Milei y su agenda libertaria, que desafía las estructuras de poder establecidas y busca reconfigurar la hegemonía cultural del país.  

Concepto fundamental: La Hegemonía

Antonio Gramsci (1891-1937) fue un filósofo, teórico marxista, político, sociólogo y periodista italiano. Murió en la cárcel, preso por el régimen fascista de Benito Mussolini en donde escribió sus famosos cuadernos, donde dejó plasmado varias herramientas conceptuales para el análisis de la realidad, como lo es el concepto de Hegemonía.  

El tema de la hegemonía constituye el centro de toda la concepción de la superestructura en Gramsci, y la base de la formulación de su estrategia revolucionaria para Occidente. A través de ella se expresa la relación entre sociedad civil y Estado, la dialéctica entre consenso y coerción, la diferencia entre guerra de posición y guerra de maniobra, y se define el papel de los intelectuales y del propio partido. (Leal, pág. 115)

Para definición de la palabra hegemonía, Gramsci invoca a Lenin primeramente, dado que para  Lenin, esta palabra es sinónimo de dictadura del proletariado, representando  la transformación y la construcción de una nueva sociedad, donde hay una afirmación entre la identidad y la historia y la filosofía, pero siendo un nexo entre teoría, practica y acción política y la capacidad de intervenir en las reivindicaciones de las masas para conducirlas por un cauce de lucha socialista, con la finalidad de que el proletariado  llegue a convertirse en clase dirigente.  

Para Leal:

En Gramsci, hegemonía es sinónimo de dirección cultural, en un componente obligatorio de la ampliación social e ideología del Estado en general y del Estado obrero en particular. Ello permite distinguir entre sociedad civil y sociedad política, y establecer el equilibrio orgánico que existe al interior de un Estado en estos dos momentos de la superestructura (Leal, pág. 116)

La hegemonía opera en el modo de pensar, la conciencia, orientaciones teóricas y modos de conocer, las concepciones del mundo y no es solo la dirección política, sino también la dirección moral, cultural e ideológica.

Para Gruppi (1978), otro autor que escribió sobre el concepto de hegemonía en Gramsci:

En la relación estructura-superestructura, ideológica. La estructura determina a la superestructura y de esto surge el estrecho nexo entre política y filosofía. La filosofía reside en la política. Momento culminante de la política, es la revolución, la creación de un nuevo Estado, de un nuevo poder y de una nueva sociedad. (pág. 12)

Y por lo tanto el Estado funciona como un aparato hegemónico, porque crea el campo ideológico determinando las conciencias.

La hegemonía es la capacidad de dirección de conquistar las alianzas, la capacidad de una base social al estado proletariado. En este sentido se puede decir que la hegemonía se realiza en la sociedad civil, mientras que la dictadura del proletariado es la forma estatal que asume dicha hegemonía. (Gruppi, 1978, pág. 13).

Para Betancourt, en el contexto del bloque histórico, el Estado no sólo es un aparato dominación de una clase por otra, sino que refleja la síntesis coerción-consenso y la síntesis hegemonía-dominación que caracterizan el ejercicio del poder político.  Para este autor:

La concepción del mundo y la pertenencia a un grupo social dependen alternativamente de que el individuo esté sujeto a la hegemonía ideológica de la clase dirigente; o de la autonomía histórica del individuo que se plasma en una conciencia revolucionaria. Como la hegemonía ideológica se refleja a nivel popular en el sentido común y la religión. (Betancourt, pág. 115)

El descubrimiento fue:

Gramsci no inventó la sociedad civil en su vínculo con el Estado, lo que descubrió es que el Estado moderno se ha extendido, ha transformado en político todo lo social, ha penetrado en la sociedad civil, en las instituciones privadas, y las ha transformado en elementos directos de apoyo al Estado, y por tanto, en esta ampliación, el Estado ha llegado a incluir la sociedad civil como componente suyo. (Leal, pág. 121)

La hegemonía para que funcione también tiene sus intelectuales. En el tiempo de Gramsci, los intelectuales eran los que mantenían ligada la masa de los campesinos al gran propietario. Dado que todas las personas tienen su concepción del mundo y una visión impuesta por el contexto y la clase dominante, su la conciencia no es otras cosas que el resultado de las relaciones sociales y ella misma es una relación social:

Intelectual es, en efecto, el abogado, el maestro, el farmacéutico, el cura. Aparece ya aquí el intelectual como elaborador de la hegemonía, como el que garantiza a las fuerzas dominantes el consenso, garantiza a la clase dominante la base de masas, a través de la persuasión y la educación. (Gruppi, 1978, pág. 86)

Ahora bien, teniendo en cuenta lo anterior, y la conceptualización de la palabra hegemonía, también existe su contraparte, la contrahegemonía con sus intelectuales, que no es otra cosas que una nueva hegemonía que entra en  lucha con la hegemonía predominante y así lograr  imponerse como predominante.

Javier Milei comenzó con una batalla cultural, en un contexto de país con una hegemonía y dominación cultural predominante desde la vuelta de la democracia en 1983, en torno a mucho temas políticos históricos, opinión pública y pensamiento colectivo, como así también sistemas y formas políticas, ideologías, relatos y consensos culturales. Porque en este sentido la hegemonía es:

La capacidad de unificar a través de la ideología y de mantener unido un bloque social que, sin embargo, no es homogéneo, sino marcado por profundas contradicciones de clase. Una clase es hegemónica, dirigente y dominante, mientras con su acción política, ideológica, cultural, logra mantener junto a sí un grupo de fuerzas heterogéneas e impide que la contradicción existente entre estas fuerzas estalle, produciendo una crisis en la ideología dominante y conduciendo a su rechazo, el que coincide con la crisis política de la fuerza que es en el poder. (Gruppi, 1978, pág. 95)

Milei un economista seguidor de la escuela austriaca, aparece como panelista allá por los años 2015, 2016 en diversos programas televisivos y sobre todo en programas que hacían show de los temas políticos, programas como: “Animales sueltos”, “Intratables” del canal América Tv, entre otros. Con estas participaciones, entrevistas y demás, comenzó a tener mucha popularidad en la población. Los programas televisivos donde participaba Milei comenzaron a medir rating mayor al habitual y lo mismo sucedía con las entrevistas en canales de streaming o youtube, donde el aumento de cantidad de vistas era considerable y posteriormente, ya en campaña presidencial en la plataforma Tiktok, llegando a impactar sobre todo en los jóvenes.

Esta popularidad se debía a varias actitudes como, por ejemplo: su forma de hablar sobre los temas económicos (su tópico preferido), la particular forma que tenía de criticar y defenestrar el marco teórico de las corrientes económicas al que él no pertenecía, sobre todo en contra del keynesianismo, socialismo y el populismo. Cabe recordar que en Argentina estos pensamientos económicos son muy hegemónicos dentro de la política y la sociedad argentina. También su forma histriónica de comportarse, la forma de peinarse que le valió el apodo de: “el peluca”. También lo que más repudio generó de muchos sectores, la forma despectiva utilizando incluso insultos para referirse a distintos dirigentes políticos (intelectuales orgánicos de la hegemonía predominante) o personas que no coincidían con su ideología. Este outsider de la política, convertido en un showman televisivo, generó que su nombre empiece a llamar la atención y sonar en la vida cotidiana de las personas.

Una hegemonía cuando se construye necesita de sus cuadros intelectuales, que son quienes elaboran las ideologías, son quienes intermedia el consenso. Milei como intelectual no orgánico y no tradicional, insertado activamente en la vida práctica, como constructor, organizador, persuasivo permanentemente (Gruppi, 1978), que está en contra de la hegemonía predominante, utilizaba una serie de conceptos y palabras en la escena política del país. Palabras como, por ejemplo: “la casta política”, “libertad” “adoctrinamiento”, entre otras, se volvieron cotidianas.  Con su batalla cultural (la contrahegemonía), también comenzó a poner en duda ciertas cuestiones ideológicas y datos históricos de la Argentina, que en otro tiempo del país hubiese sido imposible decirlo sin ser cancelado o repudiado, como poner en duda la cantidad de desaparecidos que la última dictadura cívico militar dejó.

Estas palabras en un contexto del país, con alta inflación, crisis económicas, crisis de representación hacia los partidos políticos y sus intelectuales orgánicos que gobernaron la Argentina, como el peronismo, el radicalismo y el Pro, calaron profundo en la población del país, que lo apoyó con el 56 % de votos para ser presidente, y sobre todo la franja etaria de los jóvenes. Porque la pérdida del contacto intelectuales-masa deriva en una conciencia y una organización puramente económico-corporativas y no en una conciencia y en una organización políticas. (Betancourt, pág. 116)

En el año 2021, en las elecciones de medio termino, junto a su compañera de fórmula Victoria Villarruel y su partido “La Libertad Avanza” fue la sorpresa en las elecciones Ciudad de Buenos Aires al quedar como la tercera fuerza más votada en el distrito, ganando cinco bancas en el distrito de la Ciudad y dos bancas en la Honorable Cámara de Diputados de la Nación. El diario “El Cronista” escribía:

Con el recuento provisorio concluido, y a la espera de los resultados definitivos de la Justicia Electoral, Javier Milei se convierte también en el único candidato que aumentó de manera significativa el porcentaje de votos obtenidos en los barrios más pobres de la Ciudad de Buenos Aires. (Cronista, 2021)

La sorpresa comienza cuando sectores populares votan a un candidato que hablaba del ajuste fiscal, un candidato que no le gusta el keynesianismo, es decir, un Estado presente. Milei era el candidato de ajuste fiscal, donde el Estado no debe gastar mas de los que recauda, tampoco debe subsidiar las tarifas, servicios ni los planes sociales de las personas. Milei siempre estuvo en contra del asistencialismo por parte del Estado y su imagen gana en los sectores, que antes pertenecía a otros sectores políticos, sobre todo gana en lugares donde antes ganaba el peronismo, que es un pensamiento político cree en el asistencialismo y el Estado de Bienestar Keynesiano.

Según ciertas encuestas antes de las elecciones presidenciales, había una la población cansada y con un hartazgo hacia la política hegemónica y la forma de conducir el país, referido a lo económico, a la salud, a la educación, a la seguridad, y a lo cultural. Estas encuestas decían que cierta parte de la sociedad con intención de voto hacia Milei, se encontraba cansada, encontrando en Milei un nuevo personaje carismático que le daba esperanza y algo distinto al resto. Porque para Gramsci, la hegemonía siempre es una relación pedagógica, una nueva relación entre teoría y praxis, porque es una relación nueva entre cultura y masas, entre intelectuales y masas.  (Gruppi, 1978) . Es decir,  estas encuestas reflejaban que  estaba en juego la esperanza de las personas, que la política y el Estado hegemónico no la pudieron capitalizar

Ahora bien, un Liberal Libertario:

El libertarismo —un término que, al igual que libertario, en el pasado estaba reservado al anarquismo, como aún puede verse hoy en el diccionario de la Real Academia Española— es una corriente política que tiene sus orígenes en una época anterior al Iluminismo del siglo XVIII. Según explica la Universidad de Barcelona (UB), sus raíces se ubican en el individualismo político del siglo XVII. "Los libertarios mantienen los valores liberales clásicos: individualismo, libertad económica y defensa del mercado como mejor orden para la asignación de recursos y la concepción de Estado policía", menciona la UB. Por lo tanto, el libertarismo combina la defensa del individuo como ente capaz de incidir en un sistema económico con la reivindicación de la fuerza organizativa del mercado en la economía nacional. (Español, 2023)

Milei entonces, apela a la palabra libertad como estandarte de su batalla cultural, para su Revolución Libertaria en contra del socialismo, así dar nacimiento a la nueva hegemonía y dominación cultural que propone. Uno de sus grandes aciertos, según encuestas, fue utilizar el término “casta” para describir a la clase política tradicional hegemónica. Esa casta que se enquistan en el poder del Estado sumado a las élites económicas, acusándolas de ser responsables de los males, de la corrupción, de la mala gestión y la perpetuación de políticas que no benefician y empobrecen al pueblo. Según Milei, esta casta está formada por individuos y grupos que han monopolizado el poder y los recursos, manteniendo sus privilegios a expensas del progreso y bienestar del resto de la población. Otro sector criticado por Milei, fue cierto sector de la prensa y periodistas, que había lo habían criticado, y él los llamaba: “periodistas ensobrados”. Es decir, periodistas que son pagados de manera ilegal por los opositores políticos y corporaciones para hablar mal y criticarlo.

Milei siendo parte del congreso de la nación, una de sus primeras medidas fue en relación a su sueldo como diputado. Para él, el sueldo de los funcionarios del Estado (Diputados, Senadores, ministros, Jueces), un robo a las personas de bien que pagaban sus impuestos. Estos impuestos que, a su vez, son cobrados por parte del Estado utilizando la coerción, o la metáfora que le gusta usar: “El Estado cobra impuesto a punta de pistola”.  En este aspecto:

Un grupo social es dominante de los grupos adversarios, que tiende a liquidar o a someter hasta con la fuerza armada.  Es esta una de las condiciones principales para la propia conquista del poder. Después, cuando ejerce el poder y también lo mantiene firmemente en sus manos se convierte en dominante, pero debe continuar siendo también dirigente". Aquí junto a la noción de hegemonía viene inmersa la de supremacía. La supremacía es dominio y dirección. Puede decirse que es dominio y hegemonía. (Gruppi, 1978, pág. 107)

Siendo parte de la casta, sorteaba todos los meses su sueldo entre las personas que se anotaban en una página creada para tal fin, como una forma de devolver este robo.  En este sentido, para Gramsci la sociedad civil debe entenderse como terreno de arraigo de la ideología de la clase dirigente y como función de hegemonía de ésta sobre toda la sociedad (Betancourt, pág. 6). Por lo cual, Milei y su batalla cultural pone en jaque la hegemonía y la dominación cultural de estos partidos políticos y del Estado.

Es de verdad admirable la lucha que lleva la humanidad desde tiempos inmemoriales, lucha incesante con la que se esfuerza por arrancar y desgarrar todas las ataduras que intenta imponerle el ansia de dominio de uno solo, de una clase o también de un pueblo entero. Es esta una epopeya que ha tenido innumerables héroes y ha sido escrita por los historiadores de todo el mundo. El hombre, que al llegar un cierto momento se siente libre, con consciencia de su propia responsabilidad y de su propio valor, no quiere que ningún otro le imponga su voluntad y pretenda controlar sus acciones y su pensamiento (Gramci, 2013, pág. 11)

Sigue diciendo Gramsci:

Eso quiere decir que toda revolución ha sido precedida por un intenso trabajo de crítica, de penetración cultural, de permeación de ideas a través de agregados humanos al principio refractarios y solo atentos a resolver día a día, hora por hora, y para ellos mismos su problema económico y político, sin vínculos de solidaridad con los demás que se encontraban en las mismas condiciones (pág. 19)

La lucha por la hegemonía debe involucrar todos los niveles de la sociedad: la base económica, la superestructura política y la superestructura espiritual. Milei, en este sentido espiritual es judío, una religión no tan practicada en el país.  En una entrevista en programa emitido por canal 9 de Argentina en noviembre del 2020,  “Nada Personal”, siendo   Argentina un país con una hegemonía de la religión Católica Apostólica Romana, y con  el Papa Francisco argentino, Milei llamó lo llamo: “el representante del maligno en la tierra".  (Filtro, 2020). Mas tarde en el tiempo  ya como presidente visitó Roma y al Papa que lo recibió y conversaron  cordialmente.

Milei ha sabido capitalizar el descontento y el hartazgo de cierta parte de la sociedad, entendiendo las nuevas formas de hacer campaña. Por ejemplo: no se veían afiches pegados en las calles, como si había de sus opositores. Las redes sociales fueron un factor muy importante para ganar las elecciones presidenciales del año 2023, teniendo un partido pequeño y poca estructura política y sin contar territorio propio gana el Ballotage de noviembre de 2023 y se consagra presidente.

En diciembre de 2023 se comienza un nuevo periodo asumiendo la presidencia Javier Milei, un Liberal libertario como se autodefine, o un anarco capitalista como otros opositores lo definen, pero en definitiva una ideología que está en contra del Estado y su intervención y dominio sobre las acciones de los particulares, es decir de los ciudadanos o personas de bien como él los llama.  En una entrevista que le dio The Free Journal en junio de 2024 en California, Milei respondió que odia al Estado y: “Amo, amo ser el topo dentro del Estado. Soy el que destruye el Estado desde dentro. Es como estar infiltrado en las filas enemigas(Tiempo, 2024).

Como presidente, su primera medida, fue un D.N.U. Los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) son herramientas legislativas que otorgan al Poder Ejecutivo la capacidad de legislar en situaciones extraordinarias, sin pasar por el proceso tradicional del Congreso. El proceso se hace solo cuando el presidente considera que la situación requiere medidas inmediatas para abordar problemas urgentes que no pueden esperar el tiempo que lleva el proceso legislativo regular. Por lo cual, a través de esta medida desreguló muchas leyes, sobre todo intervencionista, por ejemplo, derogó leyes como la góndolas o alquiler. También envío el proyecto de “Ley de Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos”, que propone una transformación del Estado en varias fases. Ley que después de seis meses de idas y vueltas, negociaciones políticas, se aprueba finalmente con la sanción en diputados 28 de junio de 2024. 

Conclusión

La teoría gramsciana de la hegemonía ofrece una herramienta valiosa para entender las complejas dinámicas de poder y las luchas culturales que están en juego en Argentina, particularmente en el contexto del ascenso de Javier Milei y su ideología libertaria. La hegemonía, según Gramsci, no se limita a la dominación coercitiva, sino que abarca la dirección cultural, ideológica y moral que una clase ejerce sobre la sociedad en su conjunto. En este sentido, Milei representa una figura disruptiva que desafía la hegemonía establecida por los partidos tradicionales y busca reconfigurar el panorama político y cultural argentino.

La supremacía entra en crisis cuando se mantiene el dominio, pero disminuye la capacidad dirigente, cuando la clase social que detenta el poder político no sabe ya dirigir, resolver los problemas de la colectividad, cuando la concepción del mundo que ella logró afirmar, es ahora rechazada. (Gruppi, 1978, pág. 107)

Su éxito electoral refleja el descontento generalizado de la población con la clase dirigente y su deseo de cambio. Milei como intelectual capitalizó  este descontento y hartazgo. Supo capitalizar las redes sociales, que son utilizadas especialmente entre los jóvenes, proponiendo una nueva visión que reconfigura la hegemonía cultural y desafía las políticas tradicionales de bienestar social y estatal.

Desde la vuelta de la democracia en 1983, La hegemonía cultural en Argentina ha sido sostenida por una red de intelectuales orgánicos que legitiman y reproducen las ideologías dominantes en torno al sistema de representación de los partidos políticos, al keynesianismo, socialismo, al “nunca más” a la dictadura militar y sobre todo al Estado democrático benefactor. Estos intelectuales han jugado un papel crucial en mantener la cohesión social y política en un contexto marcado por crisis económicas y políticas recurrentes.

Si bien estos marcos ideológicos han influido profundamente en la política económica, social y cultural del país. Milei, con su agenda libertaria y su retórica contra el "Estado de bienestar" y la "casta política", ha logrado que una parte significativa de la población, particularmente los jóvenes se interesen por una nueva forma de hacer política, al menos discursivamente.

En términos gramscianos, Milei puede considerarse un intelectual no orgánico que ha sabido construir una narrativa alternativa y movilizar en torno a su visión libertaria del mundo. Esto refleja la capacidad de la contrahegemonía para penetrar en la conciencia popular y generar nuevas formas de consenso para desafiar la hegemonía predominante y así imponer su visión del mundo. Es decir, la visión de una nueva hegemonía cultural que se construye en la confrontación crítica con la cultura tradicional, incorporando sus aportes, con la conquista de nuevas adquisiciones, en el cuadro de una nueva concepción del mundo. (Gruppi, 1978, pág. 119)

Bibliografía

Betancourt, C. E. (s.f.). GRAMSCI Y EL CONCEPTO DEL BLOQUE HISTÓRICO. Economista Universidad Nacional de Colombia.

Cronista, E. (15 de Noviembre de 2021). https://www.cronista.com/. Obtenido de https://www.cronista.com/economia-politica/elecciones-2021-como-le-fue-a-javier-milei-en-las-comunas-mas-pobres/

Español, C. (23 de Noviembre de 2023). https://cnnespanol.cnn.com/. Obtenido de https://cnnespanol.cnn.com/2023/11/20/liberal-libertario-javier-milei-en-que-consiste-orix-arg/

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Gramci, A. (2013). Antología. Digital turolero ePub base r1.2.

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Leal, A. (s.f.). Gramsci.

Tiempo, E. (06 de junio de 2024). https://www.eltiempo.com/. Obtenido de https://www.eltiempo.com/mundo/latinoamerica/javier-milei-dice-que-odia-al-estado-y-que-ama-ser-el-topo-para-destruirlo-desde-dentro-es-como-estar-infiltrado-en-filas-enemigas-3350256