UNTREF
Licenciatura en Sociología
La
Teoría Social de Antonio Gramsci
Concepto
de Hegemonía en el contexto del ascenso presidencial de Javier Milei
Alumno: Reyes Iván
Profesor: Mg. Marcelo Summo
Introducción
“El anarco capitalista que ganó las elecciones
presidenciales en la Argentina y quiere destruir el Estado”. Teniendo en cuenta
que Argentina es un país con basta historias de luchas populares, un país de partidos
políticos, dictaduras militares, divisiones ideológicas, políticas de bienestar
social, ajustes ficales, etc., ha sido un campo de batalla por la hegemonía
social, política, cultural, y la toma del poder. La finalidad de este ensayo es
aplicación de la teoría gramsciana de la hegemonía como una
herramienta esencial para comprender las transformaciones políticas, sociales y
culturales y tecnológicas actuales en Argentina, especialmente en el contexto
del ascenso de Javier Milei y su agenda libertaria, que desafía las estructuras
de poder establecidas y busca reconfigurar la hegemonía cultural del país.
Concepto
fundamental: La Hegemonía
Antonio Gramsci (1891-1937) fue un filósofo, teórico
marxista, político, sociólogo y periodista italiano. Murió en la cárcel, preso
por el régimen fascista de Benito Mussolini en donde escribió sus famosos
cuadernos, donde dejó plasmado varias herramientas conceptuales para el
análisis de la realidad, como lo es el concepto de Hegemonía.
El
tema de la hegemonía constituye el centro de toda la concepción de la superestructura
en Gramsci, y la base de la formulación de su estrategia revolucionaria para
Occidente. A través de ella se expresa la relación entre sociedad civil y
Estado, la dialéctica entre consenso y coerción, la diferencia entre guerra de
posición y guerra de maniobra, y se define el papel de los intelectuales y del
propio partido.
Para definición de la palabra hegemonía, Gramsci
invoca a Lenin primeramente, dado que para
Lenin, esta palabra es sinónimo de dictadura del proletariado, representando
la transformación y la construcción de
una nueva sociedad, donde hay una afirmación entre la identidad y la historia y
la filosofía, pero siendo un nexo entre teoría, practica y acción política y la
capacidad de intervenir en las reivindicaciones de las masas para conducirlas
por un cauce de lucha socialista, con la finalidad de que el proletariado llegue a convertirse en clase dirigente.
Para Leal:
En
Gramsci, hegemonía es sinónimo de dirección cultural, en un componente
obligatorio de la ampliación social e ideología del Estado en general y del
Estado obrero en particular. Ello permite distinguir entre sociedad civil y
sociedad política, y establecer el equilibrio orgánico que existe al interior
de un Estado en estos dos momentos de la superestructura
La hegemonía opera en el modo de pensar,
la conciencia, orientaciones teóricas y modos de conocer, las concepciones del
mundo y no es solo la dirección política, sino también la dirección moral, cultural
e ideológica.
Para Gruppi (1978), otro autor que escribió
sobre el concepto de hegemonía en Gramsci:
En
la relación estructura-superestructura, ideológica. La estructura determina a
la superestructura y de esto surge el estrecho nexo entre política y filosofía.
La filosofía reside en la política. Momento culminante de la política, es la
revolución, la creación de un nuevo Estado, de un nuevo poder y de una nueva
sociedad. (pág. 12)
Y por lo tanto el Estado funciona como un
aparato hegemónico, porque crea el campo ideológico determinando las conciencias.
La
hegemonía es la capacidad de dirección de conquistar las alianzas, la capacidad
de una base social al estado proletariado. En este sentido se puede decir que
la hegemonía se realiza en la sociedad civil, mientras que la dictadura del
proletariado es la forma estatal que asume dicha hegemonía.
Para Betancourt, en
el contexto del bloque histórico, el Estado no sólo es un aparato dominación de
una clase por otra, sino que refleja la síntesis coerción-consenso y la
síntesis hegemonía-dominación que caracterizan el ejercicio del poder político. Para este autor:
La concepción
del mundo y la pertenencia a un grupo social dependen alternativamente de que
el individuo esté sujeto a la hegemonía ideológica de la clase dirigente; o de
la autonomía histórica del individuo que se plasma en una conciencia
revolucionaria. Como la hegemonía ideológica se refleja a nivel popular en el
sentido común y la religión.
El descubrimiento fue:
Gramsci
no inventó la sociedad civil en su vínculo con el Estado, lo que descubrió es
que el Estado moderno se ha extendido, ha transformado en político todo lo
social, ha penetrado en la sociedad civil, en las instituciones privadas, y las
ha transformado en elementos directos de apoyo al Estado, y por tanto, en esta
ampliación, el Estado ha llegado a incluir la sociedad civil como componente
suyo.
La hegemonía para que funcione también
tiene sus intelectuales. En el tiempo de Gramsci, los intelectuales eran los que
mantenían ligada la masa de los campesinos al gran propietario. Dado que todas
las personas tienen su concepción del mundo y una visión impuesta por el
contexto y la clase dominante, su la conciencia no es otras cosas que el
resultado de las relaciones sociales y ella misma es una relación social:
Intelectual
es, en efecto, el abogado, el maestro, el farmacéutico, el cura. Aparece ya
aquí el intelectual como elaborador de la hegemonía, como el que garantiza a
las fuerzas dominantes el consenso, garantiza a la clase dominante la base de
masas, a través de la persuasión y la educación.
Ahora
bien, teniendo en cuenta lo anterior, y la conceptualización de la palabra
hegemonía, también existe su contraparte, la contrahegemonía con sus
intelectuales, que no es otra cosas que una nueva hegemonía que entra en lucha con la hegemonía predominante y así
lograr imponerse como predominante.
Javier
Milei comenzó con una batalla cultural, en un contexto de país con una hegemonía
y dominación cultural predominante desde la vuelta de la democracia en 1983, en
torno a mucho temas políticos históricos, opinión pública y pensamiento
colectivo, como así también sistemas y formas políticas, ideologías, relatos y
consensos culturales. Porque en este sentido la hegemonía es:
La capacidad de unificar a través
de la ideología y de mantener unido un bloque social que, sin embargo, no es
homogéneo, sino marcado por profundas contradicciones de clase. Una clase es
hegemónica, dirigente y dominante, mientras con su acción política, ideológica,
cultural, logra mantener junto a sí un grupo de fuerzas heterogéneas e impide
que la contradicción existente entre estas fuerzas estalle, produciendo una
crisis en la ideología dominante y conduciendo a su rechazo, el que coincide
con la crisis política de la fuerza que es en el poder.
Milei
un economista seguidor de la escuela austriaca, aparece como panelista allá por
los años 2015, 2016 en diversos programas televisivos y sobre todo en programas
que hacían show de los temas políticos, programas como: “Animales sueltos”,
“Intratables” del canal América Tv, entre otros. Con estas participaciones,
entrevistas y demás, comenzó a tener mucha popularidad en la población. Los programas
televisivos donde participaba Milei comenzaron a medir rating mayor al habitual
y lo mismo sucedía con las entrevistas en canales de streaming o youtube, donde
el aumento de cantidad de vistas era considerable y posteriormente, ya en
campaña presidencial en la plataforma Tiktok, llegando a impactar sobre todo en
los jóvenes.
Esta
popularidad se debía a varias actitudes como, por ejemplo: su forma de hablar
sobre los temas económicos (su tópico preferido), la particular forma que tenía
de criticar y defenestrar el marco teórico de las corrientes económicas al que
él no pertenecía, sobre todo en contra del keynesianismo, socialismo y el
populismo. Cabe recordar que en Argentina estos pensamientos económicos son muy
hegemónicos dentro de la política y la sociedad argentina. También su forma histriónica
de comportarse, la forma de peinarse que le valió el apodo de: “el peluca”.
También lo que más repudio generó de muchos sectores, la forma despectiva utilizando
incluso insultos para referirse a distintos dirigentes políticos (intelectuales
orgánicos de la hegemonía predominante) o personas que no coincidían con su
ideología. Este outsider de la política, convertido en un showman televisivo,
generó que su nombre empiece a llamar la atención y sonar en la vida cotidiana
de las personas.
Una
hegemonía cuando se construye necesita de sus cuadros intelectuales, que son
quienes elaboran las ideologías, son quienes intermedia el consenso. Milei como
intelectual no orgánico y no tradicional, insertado activamente en la vida
práctica, como constructor, organizador, persuasivo permanentemente
Estas
palabras en un contexto del país, con alta inflación, crisis económicas, crisis
de representación hacia los partidos políticos y sus intelectuales orgánicos que
gobernaron la Argentina, como el peronismo, el radicalismo y el Pro, calaron
profundo en la población del país, que lo apoyó con el 56 % de votos para ser
presidente, y sobre todo la franja etaria de los jóvenes. Porque la pérdida
del contacto intelectuales-masa deriva en una conciencia y una organización
puramente económico-corporativas y no en una conciencia y en una organización
políticas.
En
el año 2021, en las elecciones de medio termino, junto a su compañera de
fórmula Victoria Villarruel y su partido “La Libertad Avanza” fue la sorpresa
en las elecciones Ciudad de Buenos Aires al quedar como la tercera fuerza más
votada en el distrito, ganando cinco bancas en el distrito de la Ciudad y dos
bancas en la Honorable Cámara de Diputados de la Nación. El diario “El
Cronista” escribía:
Con el recuento provisorio
concluido, y a la espera de los resultados definitivos de la Justicia Electoral,
Javier Milei se convierte también en el único candidato que aumentó de manera
significativa el porcentaje de votos obtenidos en los barrios más pobres de la
Ciudad de Buenos Aires.
La
sorpresa comienza cuando sectores populares votan a un candidato que hablaba
del ajuste fiscal, un candidato que no le gusta el keynesianismo, es decir, un
Estado presente. Milei era el candidato de ajuste fiscal, donde el Estado no
debe gastar mas de los que recauda, tampoco debe subsidiar las tarifas,
servicios ni los planes sociales de las personas. Milei siempre estuvo en
contra del asistencialismo por parte del Estado y su imagen gana en los
sectores, que antes pertenecía a otros sectores políticos, sobre todo gana en
lugares donde antes ganaba el peronismo, que es un pensamiento político cree en
el asistencialismo y el Estado de Bienestar Keynesiano.
Según
ciertas encuestas antes de las elecciones presidenciales, había una la
población cansada y con un hartazgo hacia la política hegemónica y la forma de
conducir el país, referido a lo económico, a la salud, a la educación, a la
seguridad, y a lo cultural. Estas encuestas decían que cierta parte de la
sociedad con intención de voto hacia Milei, se encontraba cansada, encontrando
en Milei un nuevo personaje carismático que le daba esperanza y algo distinto
al resto. Porque para Gramsci, la hegemonía siempre es una relación pedagógica,
una nueva relación entre teoría y praxis, porque es una relación nueva entre
cultura y masas, entre intelectuales y masas.
Ahora
bien, un Liberal Libertario:
El libertarismo —un término que, al
igual que libertario, en el pasado estaba reservado al anarquismo, como aún
puede verse hoy en el diccionario de la Real Academia Española— es una
corriente política que tiene sus orígenes en una época anterior al Iluminismo
del siglo XVIII. Según explica la Universidad de Barcelona (UB), sus raíces se
ubican en el individualismo político del siglo XVII. "Los libertarios
mantienen los valores liberales clásicos: individualismo, libertad económica y
defensa del mercado como mejor orden para la asignación de recursos y la
concepción de Estado policía", menciona la UB. Por lo tanto, el
libertarismo combina la defensa del individuo como ente capaz de incidir en un
sistema económico con la reivindicación de la fuerza organizativa del mercado
en la economía nacional.
Milei
entonces, apela a la palabra libertad como estandarte de su batalla cultural,
para su Revolución Libertaria en contra del socialismo, así dar nacimiento a la
nueva hegemonía y dominación cultural que propone. Uno de sus grandes aciertos,
según encuestas, fue utilizar el término “casta” para describir a la clase
política tradicional hegemónica. Esa casta que se enquistan en el poder del Estado
sumado a las élites económicas, acusándolas de ser responsables de los males, de
la corrupción, de la mala gestión y la perpetuación de políticas que no
benefician y empobrecen al pueblo. Según Milei, esta casta está formada por
individuos y grupos que han monopolizado el poder y los recursos, manteniendo
sus privilegios a expensas del progreso y bienestar del resto de la población.
Otro sector criticado por Milei, fue cierto sector de la prensa y periodistas,
que había lo habían criticado, y él los llamaba: “periodistas ensobrados”. Es
decir, periodistas que son pagados de manera ilegal por los opositores políticos
y corporaciones para hablar mal y criticarlo.
Milei
siendo parte del congreso de la nación, una de sus primeras medidas fue en
relación a su sueldo como diputado. Para él, el sueldo de los funcionarios del
Estado (Diputados, Senadores, ministros, Jueces), un robo a las personas de
bien que pagaban sus impuestos. Estos impuestos que, a su vez, son cobrados por
parte del Estado utilizando la coerción, o la metáfora que le gusta usar: “El Estado
cobra impuesto a punta de pistola”. En
este aspecto:
Un grupo social es dominante de los
grupos adversarios, que tiende a liquidar o a someter hasta con la fuerza
armada. Es esta una de las condiciones
principales para la propia conquista del poder. Después, cuando ejerce el poder
y también lo mantiene firmemente en sus manos se convierte en dominante, pero
debe continuar siendo también dirigente". Aquí junto a la noción de
hegemonía viene inmersa la de supremacía. La supremacía es dominio y dirección.
Puede decirse que es dominio y hegemonía.
Siendo
parte de la casta, sorteaba todos los meses su sueldo entre las personas que se
anotaban en una página creada para tal fin, como una forma de devolver este
robo. En este sentido, para Gramsci
la sociedad civil debe entenderse como terreno de arraigo de la ideología de la
clase dirigente y como función de hegemonía de ésta sobre toda la sociedad
Es de verdad admirable la lucha que
lleva la humanidad desde tiempos inmemoriales, lucha incesante con la que se
esfuerza por arrancar y desgarrar todas las ataduras que intenta imponerle el ansia de
dominio de uno solo, de una clase o también de un pueblo entero. Es esta una epopeya
que ha tenido innumerables héroes y ha sido escrita por los historiadores de
todo el mundo. El hombre, que al llegar un cierto momento se siente libre, con
consciencia de su propia responsabilidad y de su propio valor, no quiere que ningún otro le
imponga su voluntad y pretenda controlar sus acciones y su pensamiento
Sigue
diciendo Gramsci:
Eso quiere decir que toda
revolución ha sido precedida por un intenso trabajo de crítica, de penetración
cultural, de permeación de ideas a través de agregados humanos al principio
refractarios y solo atentos a resolver día a día, hora por hora, y para ellos mismos
su problema económico y político, sin vínculos de solidaridad con los demás que
se encontraban en las mismas condiciones (pág. 19)
La
lucha por la hegemonía debe involucrar todos los niveles de la sociedad: la
base económica, la superestructura política y la superestructura espiritual.
Milei, en este sentido espiritual es judío, una religión no tan practicada en
el país. En una entrevista en programa emitido por canal 9 de Argentina en noviembre del
2020, “Nada Personal”, siendo Argentina
un país con una hegemonía de la religión Católica Apostólica Romana, y con el Papa Francisco argentino, Milei llamó lo
llamo: “el representante del maligno en la tierra".
Milei
ha sabido capitalizar el descontento y el hartazgo de cierta parte de la
sociedad, entendiendo las nuevas formas de hacer campaña. Por ejemplo: no se
veían afiches pegados en las calles, como si había de sus opositores. Las redes
sociales fueron un factor muy importante para ganar las elecciones presidenciales
del año 2023, teniendo un partido pequeño y poca estructura política y sin
contar territorio propio gana el Ballotage de noviembre de 2023 y se consagra
presidente.
En
diciembre de 2023 se comienza un nuevo periodo asumiendo la presidencia Javier
Milei, un Liberal libertario como se autodefine, o un anarco capitalista como
otros opositores lo definen, pero en definitiva una ideología que está en
contra del Estado y su intervención y dominio sobre las acciones de los
particulares, es decir de los ciudadanos o personas de bien como él los llama. En una entrevista que le dio The Free Journal
en junio de 2024 en California, Milei respondió que odia al Estado y: “Amo,
amo ser el topo dentro del Estado. Soy el que destruye el Estado desde dentro.
Es como estar infiltrado en las filas enemigas”
Como presidente, su primera medida, fue un D.N.U. Los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) son herramientas legislativas que otorgan al Poder Ejecutivo la capacidad de legislar en situaciones extraordinarias, sin pasar por el proceso tradicional del Congreso. El proceso se hace solo cuando el presidente considera que la situación requiere medidas inmediatas para abordar problemas urgentes que no pueden esperar el tiempo que lleva el proceso legislativo regular. Por lo cual, a través de esta medida desreguló muchas leyes, sobre todo intervencionista, por ejemplo, derogó leyes como la góndolas o alquiler. También envío el proyecto de “Ley de Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos”, que propone una transformación del Estado en varias fases. Ley que después de seis meses de idas y vueltas, negociaciones políticas, se aprueba finalmente con la sanción en diputados 28 de junio de 2024.
Conclusión
La
teoría gramsciana de la hegemonía ofrece una herramienta valiosa para entender
las complejas dinámicas de poder y las luchas culturales que están en juego en
Argentina, particularmente en el contexto del ascenso de Javier Milei y su ideología
libertaria. La hegemonía, según Gramsci, no se limita a la dominación
coercitiva, sino que abarca la dirección cultural, ideológica y moral que una
clase ejerce sobre la sociedad en su conjunto. En este sentido, Milei
representa una figura disruptiva que desafía la hegemonía establecida por los
partidos tradicionales y busca reconfigurar el panorama político y cultural
argentino.
La supremacía entra en crisis
cuando se mantiene el dominio, pero disminuye la capacidad dirigente, cuando la
clase social que detenta el poder político no sabe ya dirigir, resolver los
problemas de la colectividad, cuando la concepción del mundo que ella logró
afirmar, es ahora rechazada.
Su
éxito electoral refleja el descontento generalizado de la población con la
clase dirigente y su deseo de cambio. Milei como intelectual capitalizó este descontento y hartazgo. Supo capitalizar las
redes sociales, que son utilizadas especialmente entre los jóvenes, proponiendo
una nueva visión que reconfigura la hegemonía cultural y desafía las políticas
tradicionales de bienestar social y estatal.
Desde
la vuelta de la democracia en 1983, La hegemonía cultural en Argentina ha sido
sostenida por una red de intelectuales orgánicos que legitiman y reproducen las
ideologías dominantes en torno al sistema de representación de los partidos
políticos, al keynesianismo, socialismo, al “nunca más” a la dictadura militar
y sobre todo al Estado democrático benefactor. Estos intelectuales han jugado
un papel crucial en mantener la cohesión social y política en un contexto
marcado por crisis económicas y políticas recurrentes.
Si
bien estos marcos ideológicos han influido profundamente en la política económica,
social y cultural del país. Milei, con su agenda libertaria y su retórica
contra el "Estado de bienestar" y la "casta política", ha
logrado que una parte significativa de la población, particularmente los
jóvenes se interesen por una nueva forma de hacer política, al menos
discursivamente.
En
términos gramscianos, Milei puede considerarse un intelectual no orgánico que
ha sabido construir una narrativa alternativa y movilizar en torno a su visión
libertaria del mundo. Esto refleja la capacidad de la contrahegemonía para
penetrar en la conciencia popular y generar nuevas formas de consenso para
desafiar la hegemonía predominante y así imponer su visión del mundo. Es decir,
la visión de una nueva hegemonía cultural que se construye en la confrontación
crítica con la cultura tradicional, incorporando sus aportes, con la conquista
de nuevas adquisiciones, en el cuadro de una nueva concepción del mundo.
Bibliografía
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