“El CIENTIFICO SOCIAL: MARIÁTEGUI”
Iván Martín Reyes
Diciembre
de 2017
Estudiar
las sociedades en su momento histórico es una forma de entender los comportamientos de los
seres humanos que se relacionan entre sí en un ambiente,
para poder determinar en mayor medida como se establecen, hacia dónde
se dirigen y evolucionan las mismas; Wallertein (1996),
denomina a las ciencias sociales como una empresa del mundo moderno, sobre todo las teorías sociológicas con sus autores clásicos: Comte con su física
social, Durkheim que considera a los hechos sociales como
cosas, Max Weber y su acción social, Marx y el materialismo dialéctico, que han brindado, como muchos otros de la
actualidad que siguen brindando, las herramientas y categorías necesarias desde
sus posicionamientos epistemológicos para
poder estudiar y tratar de lograr, una (re)interpretación, un conocimiento sistemático
sobre las sociedades y la realidad.
El
propósito del siguiente trabajo es de utilizar las categorías de Científico Social/ Estudioso
y
la Tensión entre Universal y lo Particular en las ciencias sociales, del
texto “Abrir las Ciencias Sociales” de Wallerstein, para analizar la
reinterpretación del autor peruano de principios del siglo XX, Juan Carlos
Mariátegui, sobre algunas premisas de la corriente del pensamiento marxista
para adecuarlas a su análisis de su ambiente social local. Asimismo dar cuenta
por una parte de la importancia de esta
corriente. Y por otra parte a través de algunos autores, sobre los debates en las Ciencias Sociales y sus
problemas academicistas sobre el lugar
del científico social y de lo que es considerado un conocimiento válido o no.
Científico Social/ Estudioso
Con respecto a esta categoría, Wallerstein lo expresa de la
siguiente manera:
Nosotros
concordamos en que todos los estudiosos tienen sus raíces en un ambiente social
determinado y por lo tanto utilizan inevitablemente presupuestos y prejuicios
que interfieren con sus percepciones e interpretaciones de la realidad social.
En este sentido no puede haber ningún estudioso “neutral”. También concordamos
en que una representación cuasi fotográfica de la realidad social es imposible.
Todos los datos son selecciones de la realidad con base en las visiones del
mundo o los modelos teóricos de la época, filtrados por medio de las posiciones
de grupos particulares en cada época. En este sentido las bases de selección se
constituyen históricamente y siempre cambiarán inevitablemente a medida que
cambie el mundo. Si lo que entendemos por objetividad es la de los estudiosos
perfectamente desapegados que reproducen un mundo social exterior a ellos,
entonces no creemos que tal fenómeno exista. (Wallerstein, 1996)
El autor para analizar desde esta categoría es José
Carlos Mariátegui, nacido en Moquegua el 14 de junio de 18941, y muerto en Lima
el 16 de abril de 1930 Perú. Según Sánchez Vázquez, la importancia y
originalidad de este autor, radica en
que le da solución al problema de la latino americanización del marxismo, con una clara conciencia de la necesidad teórica
/práctica, y una interpretación de la
realidad nacional de su país. Mariátegui citado en Sánchez Vázquez: “No queremos ciertamente que el marxismo sea
en América Latina calco y copia. Debe ser creación heroica. Tenemos que dar
vida, con nuestra propia realidad, en nuestro lenguaje, al socialismo
indoamericano” (Sanchez Vázquez, 1998) .
Ahora
bien, ¿qué es el Marxismo o el materialismo dialéctico?
En el
prólogo de “El 18 Brumario de Luis Bonaparte”, Engels lo enuncia de la
siguiente manera:
Marx es el primero que descubrió la gran ley que rige la
marcha de la historia, la ley según la cual todas las luchas históricas, ya se
desarrollen en el terreno político, en el religioso, en el filosófico o en otro
terreno ideológico cualquiera, no son, en realidad, más que la expresión más o
menos clara de luchas entre clases sociales, y que la existencia, y por tanto
también los choques de estas clases, están condicionados, a su vez, por el
grado de desarrollo de su situación económica, por el carácter y el modo de su
producción y de su cambio, condicionado por ésta. (Marx, 2003)
En relación a lo anterior, en el capítulo LII- Las
Clases, Marx considera que los
propietarios de simple fuerza de trabajo, los propietarios de capital y los
propietarios de tierras, cuyas respectivas fuentes de ingresos son el salario,
la ganancia y la renta del suelo, es decir, los obreros asalariados, los
capitalistas y los terratenientes, forman las tres grandes clases de la
sociedad moderna, basada en el régimen
capitalista de producción.
La originalidad e
importancia de la que se habla más
arriba, es que Mariátegui en su obra
“Siete ensayos de la Interpretación de la Realidad Peruana” redefine y acomoda,
estas premisas del marxismo: la
cuestión de la tierra y las clases sociales y como consecuencia de éstas, quien
debe ser el sujeto revolucionario latino americano.
Mariátegui sabía que el Perú, en ese periodo,
carecía de una clase proletariado industrial asalariado, donde
su población estaba compuesta, por una gran mayoría de campesinos
indígenas y una pequeña burguesía
nacional débil, que dependía de una burguesía
internacional. El autor en el
Capitulo, “El problema del Indio”, en su nuevo planteamiento, considera:
Todas las
tesis sobre el problema indígena, que
ignoran o eluden a éste como problema económico-social, son otros tantos
estériles ejercicios teoréticos –y a veces sólo verbales–, condenados a un
absoluto descrédito. No las salva a algunas su buena fe. Prácticamente, todas
no han servido sino para ocultar o desfigurar la realidad del problema. La
crítica socialista lo descubre y esclarece, porque busca sus causas en la
economía del país y no en su mecanismo administrativo, jurídico o eclesiástico,
ni en su dualidad o pluralidad de razas, ni en sus condiciones culturales y
morales. La cuestión indígena arranca de nuestra economía. Tiene sus raíces en
el régimen de propiedad de la tierra. (Mariátegui, 2007)
Tensión entre lo Universal y lo Particular en la Ciencias Sociales
En esta
tensión donde se ha llamado a una
ciencia social más multicultural o intercultural, y sobre todo desde los
lugares culturalmente oprimidos. Wallerstein considera que hay
probablemente tres problemas teóricos / metodológicos centrales en torno a los
cuales es necesario construir nuevos consensos heurísticos, a fin de permitir
avances en el conocimiento:
a - La relación entre el investigador y la investigación:
Max Weber y su concepto de
“desencantamiento del mundo” que representaba la búsqueda de un conocimiento
objetivo no limitado por ninguna sabiduría o ideología revelada y/o aceptada.
En las ciencias sociales representaba la demanda de que la historia no se
reescribiera en nombre de las estructuras de poder existentes, por lo cual Mariátegui se desprende de cientifismo, el
progresismo y el determinismo mecanicista, como así también del eurocentrismo para interpretar su realidad nacional. El eurocentrismo está vinculado con la colonialidad del saber en las ciencias
sociales, que según Lander, se refieren a las herencias coloniales de las Ciencias
Sociales y las Humanidades. Estas herencias juegan un papel importante en el dominio imperial
neocolonial del presente, donde ningún discurso del diagnóstico social puede
transcender las estructuras hegemonizantes del conocimiento moderno, aunque
muchos autores concuerdan que los escritos de Mariátegui son la refutación
misma de esta afirmación (Lander, 2000) . Esto indica que ningún científico puede ser separado de su
contexto físico y social. Toda medición modifica la realidad en el intento de
registrarla. Toda conceptualización se basa en compromisos filosóficos.
b- Reinsertar el tiempo y el espacio (que son construcciones
sociales) como variables constitutivas
internas en el centro del análisis y no meramente como realidades físicas
invariables dentro de las cuales existe el universo social: El tiempo y el
espacio de Mariátegui, es un puente histórico
entre los principales elementos de la herencia colonial de mediados del
siglo XIX, y los nuevos elementos dominantes del capital monopolista, de
control imperialista, que van produciendo una reconfiguración de las bases
económicas, sociales y políticas, de la estructura de la sociedad peruana
. Para captar lo específico de la
sociedad peruana pone el pie en ese mundo agrario marcado por lo indígena. Porque
según el autor reivindicar lo indígena es reivindicar la nación, y al revés. (Mariátegui, 2007)
c- El tercer
problema que se nos presenta es el de cómo superar las separaciones
artificiales erigidas en el siglo XIX entre los reinos, supuestamente
autónomos, de lo político, lo económico y lo social (o lo cultural o lo
socio-cultural). En la práctica actual de los científicos sociales esas líneas
suelen ser ignoradas de facto. Pero la práctica actual no concuerda con los puntos
de vista oficiales de las principales disciplinas.
Según Castro Gómez:
Para Horkherimer ninguna teoría puede, en nombre de la
objetividad constituirse en una plataforma desde la cual es posible observar la
totalidad, pero sin ser ella misma observada. (…) Ya que la teoría no es una mirada como un
conjunto de proposiciones analíticas e incontaminadas por la praxis, sino como
la parte integral de la lucha por el control social de los significados. (Castro Gómez,
1999) .
Por lo tanto en estos debates, Sánchez Vázquez después de exaltar la originalidad de
Mariátegui, considera que este busca la “espiritualización del
marxismo" que, lejos de reivindicar el saber, exalta la pasión como fuerza
de los revolucionarios. Este autor en su análisis sobre el marxismo en latino
América, trata imperiosamente de definir o encontrar la fuente principal del
pensamiento de Mariátegui, el cual se
apoyaría en Lenin y en Sorel, que a su vez hicieron su propia
interpretación de esta corriente, para
romper con el cientifismo, progresismo y objetivismo que se encuentra en el
marxismo existente.
Por
otra parte Fernández Buey indica que hay
un hecho consistente: el marxismo continúa presente en los medios académicos,
en el debate de ideas, en la sociedad, en los movimientos sociales críticos de
las últimas décadas del siglo XX, y que afirmar su muerte es un contra fáctico. Y no sólo por lo
que hace a América Latina, sino en otros
países, como por ejemplo Estados
Unidos, que ha producido y sigue produciendo mucho contenido académico sobre
esta corriente. (Fernández Buey, 2000) .
A
modo de conclusión, el caso de Mariátegui y su
reinterpretación, es un guía a la hora de llevar a cabo una investigación, y
ser científicos sociales/ estudiosos, que nos permite entender que somos parte
de un ambiente social, en un espacio y tiempo determinado, y como tal no
podemos desprendernos de nuestra subjetividad y mirar al objeto de estudio como algo fuera
de nosotros. Debemos lograr un descentramiento de la perspectiva epistémica
colonial, que en palabras de Mignolo y
Walsh implica:
Un cuestionamiento
a los parámetros, contenidos y postulados de aquellos enfoques epistémico de
corte hegemónico, abstracto y desincorporado y des- localizado, que desde el
eurocentrismo apuntalan una única manera de interpretar y conocer el mundo.
Inserta cotidianidad, cuyos modus operandi es naturalizar jerarquías y
diferencias que validan algunos saberes y deslegitiman otros que no se ciñen a
los criterios del conocimiento científico moderno. La trampa es que el discurso de la modernidad
creo la ilusión de que el conocimiento es desincorporado y des -localizado y
que es necesario, desde todas la regiones del planeta, subir a la epistemología
de la modernidad (Mignolo, 2002)
En
definitiva como expresa Wallerstein, tomar en serio nuestra ciencia social, con
una pluralidad de visiones del mundo, sin perder la posibilidad de conocer y
realizar escalas de valores que pueden llegar a ser comunes a toda la humanidad.
BIBLIOGRAFÍA
Castro Gómez, S. (1999).
Teoria Tradicional y Teoria Crítica de la Cultura. Cultura A, 29-41.
Fernández Buey, F.
(2000). Marxismos y neomarxismos en el final del siglo XX, en J. Muguerza y
P. Cerezo (Editores) La filosofía hoy . Barcelona: Crítica.
Lander, E. (2000). “¿Conocimiento
para qué? ¿Conocimiento para quién, en Santiago Castro Gómez (editor) La
reestructuración de las ciencias sociales en América Latina. Bógota :
Pensar.
Mariátegui, J. M. (2007).
Siete Ensayo de Interpretación de la Realidad Peruana. Caracas :
Fundación Biblioteca Ayacucho.
Marx, K. (2003). EL 18
Burmario de Luis Bonaparte. Madrid: Fundación Federico Engels.
Mignolo, W. C. (2002). La
Geopoliticas del conocimientos y colinialidad del pode, en C. Walsh, F, Schiwy,
y S.Castro-Gómez, Indisciplinar las ciencias sociale. Geopoliticas del
conocimiento y colonialidad del poder. Perspectivas dede lo andino. Quito:
Abya Yala.
Sanchez Vázquez, A.
(1998). Filosofía, praxis y socialismo. Buenos Aires: Tesis Once.
Wallerstein, I. (. (1996). Abrir las ciencias
sociales. Informe de la comisión Gulbenkian para la reestructuración de las
ciencias sociales . México:
Siglo XXI.
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